Hoy, en Talleres Dupesan, os traemos unas sencillas recomendaciones para conservar lo máximo posible la seguridad activa de tu coche.
La seguridad activa es el conjunto de todos aquellos elementos que contribuyen a proporcionar una mayor eficacia y estabilidad al vehículo en marcha, y que contribuyen, en la medida de lo posible, a evitar un accidente.
El sistema de frenado
La función de los frenos es fundamental para la seguridad del conductor y, sin embargo, muchas veces nos olvidamos de su mantenimiento.
El usuario, generalmente, se limita a cambiar las pastillas y elementos de frenado. Pero los frenos se accionan mediante un liquido especial que, con el tiempo, pierde propiedades y se vuelve muy ácido (pudiendo dañar la pintura del coche). Además, este líquido puede acumular también humedad, generando así una combinación que, a la larga, acabará atacando y degradando todo el sistema de frenado. Esto supone aumentar las probabilidades de fallo en el sistema o un funcionamiento inadecuado de los frenos.
Mejor prevenir estos daños en tus frenos sustituyendo el líquido de frenos de tu coche cada 4 años.
Los neumáticos
Se tiende a pensar que todos los neumáticos son iguales, pero esto es un error. Los neumáticos más baratos son menos completos y, aunque parezca que estamos ahorrando a corto plazo, a la larga nos puede salir muy caro.
El índice U.T.Q.G. (Uniform Tire Quality Grading) mide el nivel de rendimiento de un neumático en función de tres datos comparativos, para ayudarlo a elegir mejor
El treadwear (desgaste de la banda de rodamiento) nos indica la velocidad a la que se desgastan los neumáticos. Cuanto más alto sea este índice, menor será su duración. Es decir, nos indica que un neumático con índice 150 se gastará media vez más rápido que uno de 100.
La adherencia o tracción nos indica el nivel de adherencia en mojado a través de una escala alfabética donde la categoría superior es doble AA. Así, la A es una alta adherencia , la B es una adherencia normal y la C es una baja adherencia y el mínimo aceptable.
La temperatura corresponde a la resistencia del neumático al calentamiento y a su capacidad de disipar el calor.El exceso de calor puede provocar la degradación del neumático. Este índice se indica con las letras A, B y C.
Además, nunca mantengas los neumáticos más allá de 6 años, ya que las propiedades del neumático se degradan con el tiempo. Elige bien tus ruedas y úsalas un periodo responsable. Recuerda que los neumáticos son los que mantienen tu vehículo encima de la carretera.
Elegir unos buenos neumáticos vale la pena, pues la calidad de los mismos puede marcar el límite entre tener un accidente o no. Es fácil confiarse y pensar que nunca pondremos nuestro vehículo al límite para comprobar la diferencia entre un neumático bueno y uno malo, pero en la carretera no todo depende de nosotros y la prevención es fundamental para evitar accidentes.
Los amortiguadores
Los amortiguadores son nuestro tercer candidato a mantener la seguridad activa de nuestro vehículo . En muchas ocasiones el usuario mantiene este elemento de por vida, sin cambiarlo, y es un elemento que, como todo acumula desgaste y es necesario revisarlo.
Es un elemento más complejo de revisar pero, si al frenar el morro de tu vehículo baja excesivamente o, si apenas notas los badenes, puede que tengas un problema en los amortiguadores.
Es recomendable consultar con tu mecánico el estado de tus amortiguadores regularmente y no olvidarse de ellos aunque no sean un fallo de vehículo tan llamativo como otros.
Los bajos del coche
Por último, y no menos importante, analizaremos los bajos de nuestro vehículo y todo el sistema de sujeción, dirección y amortiguación de las ruedas.
En los bajos de nuestro vehículo se puede ver perfectamente el estado del bastidor de nuestro vehículo. Al fin y al cabo, es lo único que no podemos sustituir.
Algo imprescindible que se debería vigilar son las holguras en la conducción ya que estas, a veces, aunque puedan parecer normales por la edad del vehículo, ocultan un grave problema subyacente en elementos esenciales asociados a la sujeción de las ruedas. Literalmente, podemos acabar con el coche en el suelo, con el peligro extremo que ello conlleva.
Además, el estado de los bajos de nuestro vehículo en ocasiones puede determinar si se puede seguir usando, o si, por el contrario, hay que remplazarlo.
Por suerte y, gracia a nuestro clima, en España los vehículos no suelen tener muchos problemas de bajos,. Pero si lo golpeas y rompes la capa que recubre el acero del bastidor, el óxido empezará a dañarlo con casi ninguna opción de reparación. Estos síntomas se multiplican en condiciones invernales debidos a la humedad y la corrosión de la sal.
Por tanto, evite rozar los bajos de su vehículo, y vigile los golpes y las holguras del coche para mantenerlo seguro.
Con todos estos consejos tu vehículo podrá mantener su seguridad activa original. Es mejor no arriesgarse y prevenir accidentes. 😉
Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto
Séneca